Qisarias, será la firma encargada de impartir el curso de Iniciación al Bordado Sevillano en la Escuela Sevilla de Moda.
Una marca de diseño y bordado sevillano que busca la innovación en la tradición. Sus obras son fruto de “utilizar las técnicas clásicas actualizándolas a los usos del S. XXI. La mezcla de innovación con tradición y diseño con artesanía”.
Si hablamos de bordados en Sevilla, instintivamente nos trasladamos al Arte Sacro y es con esto con lo que esta firma de reciente creación quiere romper. “No tenemos esa etiqueta”.
Empezaron a trabajar juntos hace año y medio, los fundadores Jorge Maya y Salvador Pérez, quien nos explica el funcionamiento y el porqué decidieron construir Qisarias. “Jorge es la parte técnica y yo soy la parte de negocios. En los talleres tradicionales de Sevilla siempre se hacen obras de Arte Sacro. A mí me interesaba el producto artesanal, que tuviese la calidad de la mano, pero con nuevas posibilidades de mercado basadas en un diseño contemporáneo. Es un sector en el que hay mucho por hacer y por innovar. Fuimos trabajando poco a poco juntos”.
Un taller donde se respira artesanía, donde la única maquinaria son las manos de Jorge Maya, que llevan bordando desde hace 15 años. Trabajando un oficio con más de siete siglos de historia y buscando, con su empresa, ofrecer la técnica y crear un concepto más innovador.
Entre bastidor, hilos, agujas y dedal, Jorge Maya práctica la técnica del bordado en oro de Sevilla, siendo éste el máximo exponente del llamado oro tendido. Gracias a la cual, crea verdaderas obras de artes, dignas de un artista, que como él, diseña y crea piezas únicas.
Cada vez más, grandes marcas de moda añaden bordados en sus prendas y curiosamente parece que es un arte que se difunde más a nivel internacional que nacional. Un claro ejemplo es el último trabajo que esta joven firma ha realizado, que ha sido la creación del traje de la protagonista de la Escuela de Samba Rio da Tijuca, que ha desfilado en el Carnaval de Río de Janeiro de este año.
A esta pieza, se le unen otros importantes proyectos, como colecciones para el diseñador italiano Lucio Antonucci y un cuadro bordado para el Papa Francisco.
“A nosotros nos vienen a buscar porque el bordado aplicado al diseño de moda les hará destacar con respecto a los demás. Ellos saben que otro diseñador no va a tener un vestido igual porque hay muy pocos artesanos que sepan ejecutar la técnica del Bordado Sevillano como tal”.
Pero Qisarias va más allá del bordar. Su fin social como empresa es la difusión y conservación de este oficio único en el mundo adaptando sus usos a las nuevas tendencias. De esta forma apoyan su continua evolución y tratan de evitar la desaparición de este Arte tan antiguo y tan valioso.
Por ello, realizan restauraciones, imparten workshops de Bordado Sevillano -llevan tres años realizando workshops por distintas ciudades de Italia- y organizan visitas turísticas a Sevilla para conocer la esencia del Bordado Sevillano.
Para el oficio de bordador no existe formación homologada, por lo que hasta ahora toda persona que se quiera dedicar a esta profesión debe, al igual que hizo Jorge en su día, empezar en un taller como aprendiz. Por esta razón, que se imparta esta materia en Sevilla de Moda le parece “una idea fantástica y necesaria”. “Si conocemos la técnica del bordado, podemos aplicarla más allá del Arte Sacro. Es una pena que, siendo el Bordado algo autóctono de Sevilla, sea uno de los más olvidados y no esté valorado. A veces ni siquiera se concibe como un arte”.
La forma de impartir las clases se iniciará con una teoría básica y rápida del bordado, preparación de utensilios y la explicación del montaje y la técnica a mano.
“Es un curso práctico, pero siempre hay que dar un mínimo de teoría inicial. Llevamos haciéndolo mucho tiempo obteniendo muy buenos resultados”.
El fin es “que realmente aprendan a bordar y puedan aplicarlo a sus creaciones. Para que ellos sean capaces de aplicar el bordado sevillano a sus creaciones hace falta que conozcan la técnica y se vayan sumergiendo en ella”.
“La dificultad radica en entender la idea del bordado, una vez que se entiende no hay dificultad”, declara Jorge.
Además de confesar que para esta profesión, “la pasión es lo primero, porque sin tener una pasión por este trabajo es imposible llevarlo a cabo. Necesitas tu vista, tu pasión, tus ganas. Hacer un bordado es un proceso de comunicación en sí con la pieza”.
Durante nuestra conversación no dejaron de mencionar el Bordado Sevillano, puesto que es la técnica que ellos utilizan, por lo que se merece una mención especial.
El Bordado Sevillano
El proceso de producción de un bordado comienza por un diseño original, elaborado siempre a mano, para ser traspasado a un papel vegetal y así convertirlo en una plantilla. De ahí se traspasan unas bases de fieltro se les aplica el relieve y se cosen a un bastidor de marco y ahí empieza el bordado en sí.
En Qisarias, generalmente el diseño es de Jorge, siguiendo unas indicaciones del propio cliente. Pero la interpretación final debe ser de él, porque como nos explica “es imposible trabajar algo que no he interpretado yo”.
El Bordado Sevillano en sí, es el desarrollo máximo del oro tendido. Es un concepto antiguo que hoy es algo que poca gente conoce. Apoyar el oro pero sujetarlo con puntadas de otro tejido. Y de aquí viene el oro sevillano. El desarrollo que tiene Sevilla con el volumen y el relieve que hay aquí no tiene nada que ver con el resto de bordados de otros países. Pero, como confiesa Jorge, “no se considera tan particular, la gente que no sabe tanto de bordado, piensa que el bordado en oro es igual en todo el mundo, no saben bien diferenciarlo”.
El tiempo que se invierte en cada proyecto es distinto. Por ejemplo, para el vestido del Carnaval de Río de Janeiro fueron 585 horas de elaboración y para el escudo papal, 105 horas.
Hoy en día, todo trabajo artesanal está en peligro debido al auge de los procesos mecánicos. Estos últimos pueden llegar a sustituirlo, que no igualarlo. Y, por supuesto, el bordado también está en riesgo. Ante esta idea, los fundadores de Qisarias discrepan en cuanto a su visión sobre si el bordado seguirá de forma artesanal.
Jorge, no cree que desaparezca “pero sí que en algún momento pienso que existe un riesgo que se desvirtúe porque hoy mismo se pueden ver bordados en estilo sevillano pero realizados con puntos o con tipos técnicos quizás más efectistas pero menos fieles a la técnica propia”. Además apunta que hay varios motivos que pueden llevar a la extinción esta técnica, “no existen nuevas generaciones que los hagan. También la industrialización que llega a prescindir de lo hecho a mano, consiguiendo una reducción de costes. En Italia estas técnicas se conocían y, sin embargo, ya se han extinguido”.
Recalca que el bordado en oro no se va a perder mientras exista la Semana Santa, “pero si se puede desvirtuar, porque las nuevas generaciones serán capaces de bordar y restaurar pero se perderá la técnica pura. Quizás porque no existe una formación homologada. Por lo que está más en riesgo la técnica que la pérdida del bordado”.
Sin embargo, Salvador es más optimista. “Si hay motivos para la esperanza. Porque cada vez existe un mayor interés por el hecho a mano en todos los sectores. Por la personalización. Y vemos que existe un interés real por volver a recuperar y aprender estas técnicas. No creo que vaya a desaparecer por esta esperanza, pero el riesgo sí que existe. Que de hecho es lo que le da más valor a las piezas”.
“A bordar se aprende bordando” Jorge Maya